Todo lo que necesitas saber para salir airoso de la charla inesperada
¡Ay, la llamada de mamá!
Todos hemos estado ahí, en pleno asueto, disfrutando de esa agradable “peda” con amigos, cuando de repente, suena tu celular. La pantalla brilla con el nombre que provoca una mezcla de alegría y terror: “Mamá”. Puede que el efecto del alcohol te haga sentir invencible, pero en el fondo, sabes que la charla puede no ser tan divertida como un karaoke nocturno. Entonces, ¿qué haces? ¿Contestarlo y arriesgarte a un interrogatorio? ¡Te traigo unos consejos para que lo manejes como un auténtico pro!
El dilema de contestar
Antes de tomar la decisión de contestar, pregúntate: ¿realmente necesitas esta llamada en este momento? Si tu nivel de “peda” está en el 98% y lo que se discuta pueda ser más complicado que resolver el cubo Rubik en la oscuridad, tal vez deberías ignorarla. Pero si eres del tipo que no puede resistirse a conversar, aquí te tengo algunos tips para hacerlo sin que te conviertas en un meme.
Mantén la calma y ríe
Si decides contestar, ¡hazlo con estilo! Aunque tu cabeza esté dando vueltas, necesitas tratar la situación como si estuvieras frente a un maestro de ceremonias. Empieza la conversación con un tono relajado y quizás un poco de humor. Dile algo como: “¡Hola, mamá! Justo pensando en ti, ¡qué sincronización!” Esto no solo rompe el hielo, sino que también establece el tono amigable. Tu madre puede estar preocupada, pero con un poco de risa, las cosas se suavizan.
Evita la verdad absoluta
Ser completamente honesto podría no ser la mejor opción. Al decir: “Sí, mamá, estoy en una fiesta bebiendo con amigos”, podría llevar a un torrente de preguntas que no estás preparado para contestar. En lugar de ello, podrías decir: “Estamos aquí disfrutando un poco, ¡todo bajo control!”. Así, evitas entrar en detalles que podrían llevar a un “epic fail” en tu conversación.
Usa tu ingenio
A veces, usar el ingenio es la respuesta clave. A lo mejor tu madre empieza a preguntarte sobre tus planes de futuro o tus metas profesionales. En vez de entrar en un debate serio, dile algo como: “Mamá, estoy tan comprometido con el desarrollo personal que he decidido enfocarme en ser un experto en comer pizza, ¡es un trabajo a tiempo completo!” Mantén la conversación sobre risa y diversión, eso aliviará la tensión.
Enfócate en lo positivo
Si tu madre se preocupa por tu bienestar, algo que puedes hacer es contarle sobre algunas cosas positivas que te estén sucediendo en la vida. “Mamá, estoy trabajando en mis proyectos y todo marcha bien, aunque tal vez estoy disfrutando un poco de la vida social”. Este tipo de declaración debería hacer que se relaje, reconociendo que no eres un ser humano a la deriva.
La técnica del “Cambio de tema”
Una estrategia que todo experto en manejo de llamado sabe usar, es la mágica técnica del cambio de tema. Si notas que la conversación comienza a tomar un rumbo incómodo hacia esos temas que preferirías evitar, comienza a hablar de cosas divertidas. Pregúntale por su día o cuéntale sobre esa historia graciosa que te ocurrió en la última reunión familiar. ¡Cambia el enfoque y mantén el sentido de alegría en la conversación!
Los chismes familiares
¿Quién no ama un poco de chisme familiar? Usar un buen chancho va a mantener la conversación. Algo como: “Mamá, ¿te enteraste de que la tía Isabel sigue insistiendo en que la serie que ve es la mejor de todas? ¡No puedo con eso!”. Este simple truco puede hacer que ambos se rían y reafirmar un momento de conexión familiar.
En vez de evitar el hecho de que estás en una fiesta, podrías invitarla a unirse a tu experiencia, ¡aunque sea de manera indirecta! “Mamá, hoy estoy en una reunión divertida con amigos y hay karaoke, pero no te preocupes, sé que prefieres quedarte en casa viendo tus series”. Esto crea una imagen divertida y puede generar risas. La clave es mostrarle que tu vida social no es un caos, sino simplemente un momento de diversión.
Cierra la conversación antes de que se vuelva pesada
Nadie quiere que una conversación divertida se convierta en un interrogatorio. Cuando notes que la conversación tiende a ir hacia una dirección densa, usa frases como: “Mamá, tengo que ir a ayudar a un amigo, pero siempre es un gusto hablar contigo”. Siempre es mejor cerrar la conversación alegremente. Asegúrate de dejar la puerta abierta para futuras conversaciones, pues nadie quiere que mamá se sienta como si fue abandonada a su suerte.
Cómo restablecer el buen humor después de colgar
Una vez que cuelgas, puedes sentir que la adrenalina puede estar alta. Respira hondo y bromea con tus amigos sobre lo que acaba de suceder. ¿Te preguntas qué podrían pensar de ti? ¡No te preocupes! Esos momentos se convierten en historias de diversión con el tiempo. Además, te sentirás mejor por haber manejado la situación con gracia.
Una historia épica para contar
La próxima vez que te pregunten sobre esa llamada sorpresa de mamá, asegúrate de contarla como una anécdota épica. Puedes referirte a ella como “La Llamada Legendaria” cuando estés con tus amigos. ¡Así se transformará en un recuerdo graciosísimo que todos disfrutarán recordar!
No hay mejor forma de manejar esa incómoda llamada de tu madre en medio de tu “peda” que con humor, ingenio y un buen cambio de tema. No trata sólo de salir airoso, sino de disfrutar de la vida y reírte un poco de las situaciones cotidianas. Recuerda, al final del día, la vida es mejor cuando tomamos todo con un poco de risa. Así que, la próxima vez que tu vieja te llame mientras estás “en la onda”, ¡ya sabes qué hacer!
¿Qué debo hacer si estoy demasiado borracho para hablar con mi madre?
Si sientes que no estás en condiciones de mantener una conversación coherente, lo mejor es no contestar y devolver la llamada más tarde. La honestidad siempre gana.
¿Cómo puedo evitar que mi madre se preocupe por mí?
Intenta enfocarte en lo positivo y comparte tus logros. Mostrando que estás haciendo cosas constructivas, ella se sentirá más tranquila.
¿Es correcto mentirle a mi madre sobre lo que estoy haciendo?
No se trata de mentir, sino de omitir detalles que no son relevantes ni necesarios. Siempre puedes mantener la conversación ligera.