Comprendiendo los desafíos de ser madre durante el embarazo
Ser madre es un viaje lleno de altos y bajos, pero cuando estás embarazada y tienes un pequeño tornado de tres años en casa, la situación puede volverse un poco más intensa. Así que, ¿cómo manejas a tu hijo que parece estar en modo “insoportable”? La combinación de los antojos del embarazo, las hormonas que están haciendo acrobacias en tu cuerpo y un niño que no entiende por qué la mamá está más cansada que de costumbre puede ser un verdadero desafío. Pero, no te preocupes; aquí encontrarás algunos consejos y estrategias para navegar estas aguas a veces turbulentas y mantener tu cordura.
Entendiendo el comportamiento de tu hijo
Primero que nada, es esencial recordar que tu pequeño está experimentando muchos cambios también. Su vida está dando un giro, con la llegada de un nuevo hermano o hermana, y eso puede hacer que se sienta inseguro o incluso celoso. Lo primero que debes hacer es tratar de comprender su perspectiva.
Los celos y la atención
Imagina que de repente tienes que compartir tus juguetes favoritos con alguien más. Eso es exactamente lo que tu hijo puede estar sintiendo. Cuando tu atención está dividida entre el nuevo bebé y tu pequeño, puede ser común que se sienta dejado de lado. Asegúrate de dedicar tiempo de calidad a tu hijo, incluso si solo son breves momentos de juego. ¿Recuerdas la última vez que jugaste a ser superhéroes? Esos momentos son oro puro.
Estableciendo rutinas predictibles
Ahora bien, los niños de tres años prosperan en la rutina. Si tu día está lleno de sorpresas (y no del tipo emocionante), tu hijo puede sentirse ansioso. Intentar establecer rutinas diarias los ayudará a sentirse más seguros.
Crear horarios de transición
Por ejemplo, si sabes que tiene una explosión de energía justo después de la siesta, podrías planificar un tiempo para correr o saltar juntos. No subestimes el poder de los horarios; son como los cimientos de una casa para el desarrollo de tu pequeño. Aquí algunas ideas: establece horarios para las comidas, el tiempo de juego y la hora de dormir. Aumentará la estabilidad en su vida, y como resultado, posiblemente habrá menos comportamiento insoportable.
Conectando emocionalmente con tu pequeño
No subestimes el poder de una conexión emocional. Hacer sentir a tu hijo que es parte de este viaje puede ayudar a calmar sus tempestuosas emociones. ¿Qué puedes hacer para involucrarlo?
Involucrándolo en el embarazo
Permítele que participe en algunas actividades relacionadas con el embarazo. Pregúntale qué nombre le pondría al bebé o si le gustaría ayudar a decorar la habitación del nuevo miembro de la familia. Al convertirlo en parte del proceso, le haces sentir que no está perdiendo a su mamá, sino que está ganando algo especial. Además, es una excelente manera de hablar sobre sus sentimientos.
Propiciando la independencia
A medida que te preparas para la llegada del nuevo bebé, también es el momento perfecto para fomentar la independencia en tu hijo mayor. Esto no significa que debas dejarlo a su suerte, sino que puedes alentarlo a hacer algunas cosas por sí mismo.
Actividades que fomentan la autonomía
Deja que elija su ropa, ayúdalo a preparar un snack sencillo o permítele “jugar a ser mamá” con sus muñecos. Promover esta independencia puede ayudarle a sentirse más en control y menos celoso, porque, aunque, sí, la llega de un nuevo bebé puede alterar el ámbito familiar, también puede ser un momento de crecimiento.
Cuida de ti misma
Es crítico recordar que, como mamá, necesitas cuidar de ti misma. Esto no es simplemente un cliché, es fundamental. Cuidar de tu salud emocional y física te permitirá ser una madre más paciente y amorosa. ¿Sabías que incluso un pequeño tiempo para ti puede hacer maravillas?
Dedica tiempo para respirar
Ya sea una caminata corta, un baño relajante o simplemente leer un libro, esas pequeñas pausas para ti pueden ayudarte a recargar energías. Piensa en ello como llenar el tanque de tu automóvil: si no lo haces, eventualmente te quedarás sin gasolina. Lo mismo sucede con nuestra energía emocional.
Estableciendo límites claros
También es importante establecer límites claros con tu hijo. Eso no significa que debas ser estricta o autoritaria; más bien, se trata de brindar estructura y consistencia.
Comunicación simple y directa
Asegúrate de comunicarte de una manera que tu hijo de tres años pueda entender. A menudo, los niños se comportan mal porque no saben cómo expresar sus emociones o lo que desean. Usa instrucciones claras y simples: “Es hora de jugar tranquilos, y luego podremos tener un snack.” Así, les das claridad sobre lo que pueden esperar.
La importancia de la paciencia
La paciencia es realmente una virtud, especialmente durante estos momentos de cambio. Practicar la paciencia no solo te ayudará a ti, sino que también enseñará a tu hijo cómo manejar sus propias frustraciones. Nunca subestimes el poder de un ejemplo positivo.
Ejercicio de respiración
Si sientes que tu paciencia se está desvaneciendo, intenta hacer respiraciones profundas. Inhala durante cuatro segundos, sostenlo durante cuatro segundos y exhala durante otros cuatro. Es una estrategia simple que puede hacer una gran diferencia en tu estado emocional.
Celebrando los pequeños logros
No olvides celebrar los pequeños logros de tu hijo. Cada vez que maneje una situación complicada o muestre un comportamiento positivo, asegúrate de reconocerlo. Esto aumentará su autoestima y ayudará a reforzar comportamientos positivos en el futuro.
Reforzando lo positivo
En lugar de enfocarte en lo que hace mal, concéntrate en lo que hace bien. Cuando tu hijo comparta, ofrezca un abrazo o un elogio. Este refuerzo positivo puede convertirse en una gran motivación para él y le enseñará que ser amable y cooperativo es muy bueno.
¿Y si nada parece funcionar?
A veces, a pesar de tus esfuerzos, las cosas no van como planeaste. Puede que los días se sientan pesados y que simplemente no haya una solución mágica. En esos casos, recuerda que está bien pedir ayuda. No estás sola en este viaje.
Buscar apoyo
Considera unirte a un grupo de apoyo para padres o hablar con amigos que hayan pasado por una experiencia similar. Compartir tus sentimientos y escuchar a otros puede ofrecerte nuevas perspectivas y tal vez esa idea brillante que necesitabas. Quiérete y recuerda que ser madre es un viaje lleno de aprendizajes constantes.
¿Cómo puedo calmar a mi hijo cuando está teniendo una rabieta?
Primero, respira y trata de mantener la calma. Dale un espacio para que se sienta comprendido y ofrécele opciones. A veces, simplemente permitirle expresar sus sentimientos puede ayudar a calmar la situación.
Mi hijo se siente celoso. ¿Cómo puedo manejarlo?
Lo mejor es integrarlo en el proceso de espera del nuevo bebé. Hazle preguntas sobre lo que le gustaría hacer con el nuevo hermanito o hermana, y permítele participar en la preparación. Esto puede ayudar a que se sienta importante y querido.
¿Qué hago si estoy demasiado cansada para jugar?
Está bien tener días en los que simplemente estés exhausta. Puedes ofrecerle un tiempo de juego tranquilo, como leer juntos o construir algo con bloques, donde no requiera tanto de tu energía, pero aún puedas estar presente.
¿La llegada del nuevo bebé afectará la relación con mi hijo mayor?
Es natural que haya desafíos, pero recuerda que la llegada de un nuevo miembro puede ofrecerle nuevas oportunidades de aprendizaje y crecimiento. Con el enfoque correcto, su relación podrá fortalecerse con el tiempo.
¿Qué puedo hacer si mi hijo observa mi estrés?
Los niños son muy perceptivos. Trata de hablar sobre tus emociones y cómo estás manejando el estrés en un lenguaje que puedan entender. Mostrar vulnerabilidad y cómo superas los momentos difíciles puede ser una gran lección para ellos.