¿Por qué mi bebé de 20 meses no quiere comer? Consejos y soluciones efectivas

Entendiendo la falta de apetito en bebés

A medida que nuestros pequeños crecen, cada etapa del desarrollo viene acompañada de nuevos desafíos. Uno de los más comunes que enfrentan los padres es la falta de apetito en los niños. Imagina que tienes un “mini-yo” de 20 meses que alguna vez disfrutaba comer y, de repente, se convierte en un auténtico escéptico gastronómico. ¿Por qué sucede esto? Existen diversas razones por las que tu bebé podría estar rechazando la comida, y en este artículo vamos a desglosar cada una de ellas, así como ofrecerte consejos prácticos para asegurar que tu pequeño se alimente adecuadamente. ¡Vamos a ello!

Cambios en el crecimiento y desarrollo

Primero, entendamos que a esta edad, tu bebé está en una fase intensa de crecimiento y desarrollo. Esto puede parecer un poco contradictorio, pero al llegar a los 20 meses, muchos niños experimentan una desaceleración en su crecimiento, lo que naturalmente puede llevar a una disminución del apetito. ¿Te suena familiar? Es como si cada vez que te sientes satisfecho después de una gran comida, el cuerpo te dice “ya es suficiente por hoy”. Y algo similar ocurre con los bebés.

¿Bebés en crecimiento o no?

Si tu bebé de 20 meses no está creciendo tan rápido como antes, puede que simplemente su cuerpo esté ajustándose. La realidad es que los bebés, como los adultos, tienen picos y mesetas en su crecimiento. Esto significa que, en algunos momentos, tendrán más hambre que en otros. ¿Has notado cambios en la ropa de tu hijo? Si bien puede parecer que no está comiendo lo suficiente, es posible que su cuerpo solo esté en un periodo de mantenimiento.

Exploración y autonomía

A esta edad, los niños son exploradores por naturaleza. Ya no son bebés que están contentos comiendo lo que les das; ahora quieren decidir. ¡Qué divertido! Esto puede resultar en que tu pequeño quiera tocar, mirar o incluso lanzar la comida en lugar de comerla. Así que si una comida no resulta ser emocionante o interactiva, puede ser un gran factor para el rechazo.

El poder de la elección

Una forma de abordar este fenómeno es ofrecer opciones. ¿Por qué no dejar que tu niño elija entre diferentes opciones saludables? Puedes ofrecer dos o tres opciones coloridas de frutas o verduras. Darles un poco de control sobre lo que comen puede jugar a su favor y darles la sensación de que están haciendo poderosas selecciones, lo que puede llevar a un mejor interés por la comida.

Sensibilidad a la textura y presentación

La sensibilidad a las texturas es otra razón por la que un niño de esta edad puede volverse quisquilloso con la comida. Algunos bebés prefieren comidas suaves, mientras que otros pueden estar más interesados en sabores crujientes o jugosos. Este asunto, que podría parecer nimio para nosotros como adultos, para un niño de 20 meses puede ser un verdadero dilema.

Ese plato no es atractivo

La presentación de la comida puede hacer maravillas. Tal vez tu pequeño no quiera comer puré. ¿Qué tal si mezclas ingredientes para crear formas divertidas en el plato? Usa moldes de galletas para dar forma a las verduras o servirlas junto a una mezcla colorida de frutas en un plato de colores brillantes. Recuerda que estamos hablando de exploradores; ¡haz que su comida sea un mundo que deseen explorar!

Cambios en el entorno

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A veces, un cambio en el entorno puede afectar el apetito de un niño. Si han empezado en un nuevo daycare, si ha habido un cambio en la dinámica familiar o incluso si se han mudado, puede causar que un niño se sienta menos motivado a comer. Los pequeños son muy perceptivos y, aunque puedan no expresarlo verbalmente, un cambio puede hacerlos sentir inseguros.

Crear un ambiente cómodo

En este caso, el entorno de la comida es tan importante como la comida misma. Crea un espacio agradable y tranquilo durante las comidas; evitando distracciones como la televisión o los juguetes. Puedes intentar jugar una música suave de fondo o tener una conversación agradable durante la comida. Haz de la hora de la comida un momento especial, donde la atención esté completamente centrada en disfrutar de la experiencia.

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Estrategias para fomentar el apetito

Ahora que hemos explorado varias razones por las que tu bebé podría estar rechazando la comida, es momento de considerar qué estrategias puedes emplear para ayudar a mejorar el apetito.

Establecer rutinas

Los niños prosperan con la rutina. Así que, intenta establecer un horario regular para las comidas y los snacks. Esto les da un sentido de previsibilidad y puede ayudar a su cuerpo a reconocer cuándo es hora de comer. Algunos padres encuentran útil seguir horarios específicos, como el desayuno a las 8 a.m., almuerzo a las 12 p.m. y la cena a las 6 p.m. Con el tiempo, tu hijo puede comenzar a anticipar esas comidas.

Ofrecer pequeñas porciones

Recuerda que los estómagos del tamaño de una pelota de golf son la norma para los bebés de esta edad. Con eso en mente, ofrece pequeñas porciones. Un plato lleno puede ser intimidante, pero un pequeño montoncito de comida puede parecer más manejable. Además, permitir que tu hijo pida más si realmente tiene hambre puede hacer que se sienta en control de la situación.

Paciencia y consistencia

Por último, la paciencia y la persistencia son clave. Como padres, puede ser frustrante ver a nuestro pequeño no comer, pero es importante recordar que esta fase es temporal. El desarrollo afecta el apetito y a menudo hay días en los que comer será un juego de prueba y error.

Un enfoque positivo

Evita cualquier enfoque de presión alrededor de la comida. En vez de eso, trate de tener una actitud positiva. Nunca desistas de ofrecer diferentes alimentos a lo largo del día y sigue fomentando la variedad. Recuerda, cada bocado que tu niño tome es un paso en la dirección correcta.

¿Debería preocuparme si mi bebé no quiere comer?

Es normal que los bebés pasen por fases de menor apetito. Mientras sigan creciendo y manteniendo niveles de energía adecuados, no suele ser motivo de preocupación. Pero si estás realmente inquieto, no dudes en dar un vistazo con el pediatra.

¿Qué pasa si mi hijo está extremadamente selectivo con la comida?

Si tu niño realmente se niega a comer bien alimentos y es excesivamente selectivo, podría valer la pena consultar a un especialista en nutrición infantil. Es posible que te den consejos más específicos y recursos que pueden ayudarte.

¿Debería ofrecer suplementos nutricionales en lugar de alimentos?

Los suplementos nutricionales pueden tener su lugar, pero lo mejor es enfocarse en ofrecer una variedad de alimentos antes de considerar esta opción. Un pediatra o nutricionista puede asesorarte sobre esto.

¿Qué snacks saludables puedo ofrecer entre comidas?

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Fresas, plátanos, yogurt natural o pequeños trozos de queso son opciones excelentes. Mantén las opciones variadas pero saludables, y recuerda que los snacks también pueden ser una oportunidad para que tu hijo pruebe nuevos alimentos.

¿Con qué frecuencia debo ofrecer nuevas comidas?

Ofrece alimentos nuevos al menos 10-15 veces antes de asumir que a tu hijo no le gustan. A veces, los pequeños necesitan más tiempo para acostumbrarse a algo nuevo y diferente. ¡Sé perseverante!